3 de abril: Hojas nuevas


En los extremos de las ramas comienzan a salir las hojas con timidez, hojas plegadas sobre sí mismas, blanquecinas, demasiado frágiles aún. Pero muy pronto, al crecer, se irán cargando de clorofila, ese pigmento verde que les permitirá absorber la luz.

Bella alquimia la realizada por las plantas, que no entienden de luchas ni carreras para buscar el alimento, pues para fabricar los nutrientes que sus células necesitan se las apañan con la tierra mojada que sube por las ráices y un poco de aire que las hojas absorben por unos microscópicos poros. Parece tan simple, tomar de lo que casi nunca falta: agua, sales minerales y dióxido de carbono, para después incorporar la energía de la luz solar y obtener las moléculas imprescindibles para la vida junto al oxígeno que liberan a la atmósfera.

Fotosíntesis le llaman, pero es la verdadera fuente de la vida. Sin plantas, sin algas, sin bacterias fotosintéticas, no habría comida ni oxígeno para el resto. De ahí nuestra condición eterna de esclavos de lo verde.

3 comentarios:

  1. El título de tu artículo me parace muy poetico porque me recordó a Rosalia de Castro y a Antonio Machado. A Rosalía por sus "Follas Novas":
    "¡Hojas nuevas!, me da risa
    ese nombre que lleváis
    cual si a una negra bien negra
    blanca le oyese llamar."
    Y a Antonio MAchado por su poema "A un Olmo Seco". Ese olmo soriano mortalmente enfermo de grafiosis al que le broto una hoja nueva. Ese poema es todo un canto a la esperanza.

    Un abrazo amigo y gracias por derramar tu sensibilidad en este blog.

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  2. Eso de esclavo de lo verde no me suena bien. Mejor esclavos de nuestra sangre roja

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