Son muchas las hojas que tienen ya estas acacias y, muy pronto, se convertirán en frondosos árboles de copa ancha y redondeada. Plantadas en una ligera pendiente el tronco pierde la rectitud que les caracteriza.El tamaño del tronco delata la edad de cada acacia del Japón pues en los ejemplares jóvenes el tronco engrosa al año en torno al medio centímetro.
En acacias de más edad el tronco muestra un dibujo característico formado por largas grietas poco profundas que parecen estar encadenadas. La corteza grisácea está resquebrajada, insinuando rombos de fondo marrón.
Piel dura y rota, muerta, abierta en mil arrugas diferentes. Un tacto imposible en esta cobertura que tan fácilmente aisla del medio. Quizás por eso las acacias puedan vivir hasta los ciento cincuenta años.
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