8 de mayo: Una hoja

Sí, una hoja, compuesta.

Una hoja formada de quince foliolos, otras pueden llegar hasta diecisiete.

Es la yema siempre la que nos indica donde nace la hoja porque los foliolos no tienen yema. Por eso hay que fijarse en los abultamientos que tienen las ramas.

El viento ha doblado la hoja y nos muestra el envés de la misma, de un verde pálido, casi blanquecino, en contraste con el color brillante del haz.
Hojas de dos caras, de foliolos impares, puntiagudos, que las hacen caer ligeramente hacia el suelo, con un cierto encanto japonés.


















































































No hay comentarios:

Publicar un comentario