Han llegado las primeras calores, asfixiantes, eternas, de día y de noche, el aire cristaliza y se mantiene pesado como una campana que lo cubre todo y cuyo interior se recalienta cada vez más.
Incluso aún temprano por la mañana cuesta trabajo aguantar al sol y se busca la sombra más cercana. Hay quienes quedan bajo el amor, sin saberlo. Como, quizás olvidada, una hoja con forma de corazón, que cogiste hace años, permanece seca y presa entre versos de Cernuda. Entonces marcó un beso, el beso de una tarde joven de paseo por el parque, hoy representa toda una vida bajo el amor.
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