6 de mayo: Crecer a golpes

Sobre el tronco las huellas de ramas cortadas, tres grandes ojos ciegos que lloran la ausencia.








Crece el árbol en lentos latidos que no cesan y se ramifica para abrirse suavemente en el espacio, pero suelen llegar en un repentino vuelo las caricias cortantes, los golpes de hacha que eliminan ciertas ramas, quizás rotas, molestas o enfermas, quizás buscando una armonía, la forma ya imaginada, como los árboles de tronco recto y de copa redondeada que pintan los pequeños, inocentes dibujos que entran en metamorfosis con la edad.



Las ramas se retuercen y engrosan formando bolos donde el tiempo queda atrapado, se doblan y extienden hasta alejarse del destino marcado.


Entonces, buscamos las formas bellas de la naturaleza para dotarlas de sentido y nos parecen cuerpos dulces de mujer, brazos que ansían escapar del suelo, escondites de mil sueño, de la luz buscada...


Como si unas simples ramas no pudieran simplemente ser arte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario